PROTEJAMOS NUESTRA ISLA

El 21 de junio dimos a conocer la campaña de extinción de incendios que la Consejería de Medio Ambiente y la Unidad Operativa de Fuegos Forestales (UOFF) han elaborado para este año. Un acto en el que nos acompañó una llovizna que impidió realizar una demostración con fuego real. Aunque inusuales, en pleno junio, aquellas gotas demostraron que la naturaleza impone sus leyes, para evitar o -en el peor de los casos- para propagar las llamas. Como cada año, la presentación de la campaña de extinción de incendios tiene por objeto dar la máxima difusión a una realidad ante la que nos enfrentamos cada año y que tiene una premisa fundamental: concienciar a la población de que estamos ante una amenaza gravísima y que no hay mejor extinción que evitar que se produzca el fuego. La naturaleza impone sus normas y nuestra capacidad de respuesta ante el fuego es muy limitada, por lo que la actuación preventiva es fundamental.

Estaban presentes nuestros agentes forestales con sus Equipos de Protección Individual (EPI), sus vehículos, motobombas, mangueras, incluso su vehículo de transmisiones que facilita la comunicación de los diferentes equipos para que puedan coordinarse con los mandos. Personas, vehículos, tecnología. Recursos que el Cabildo Insular tiene para defender el patrimonio forestal de todos y todas. Pero hagamos un esfuerzo de imaginación y ubiquemos a estas personas frente a kilómetros de llamas, con alturas que pueden llegar a 50 metros. Piensen en los equipos Bravo o Presa, intentando evitar la destrucción de viviendas o garajes, donde puede estallar una bombona, donde puede haber animales abandonados tras la huida precipitada o, incluso, personas que se resisten a perder todo lo que poseen.

La escena es dantesca, lo ha sido y es, en cada incendio, pero hay más. Recuerden las imágenes de lenguas de fuego eruptivo extendiéndose por los barrancos. La sequedad del aire, la velocidad del viento y las altas temperaturas son los factores ambientales que influyen en la magnitud de un incendio. Si a ello se suma una gran cantidad de vegetación seca, la capacidad de actuación para frenar su avance es mínima. Ahí está el resultado de los Grandes Incendios Forestales: una oscura mancha sobre nuestros paisajes naturales de gran belleza y valor sentimental, calcinados, destruidos y condenados a ser recuperados con un esfuerzo humano y una enorme inversión durante décadas.

Por ello, el Cabildo centra sus esfuerzos en la prevención y la intervención rápida como premisa fundamental de nuestras campañas contra los incendios forestales. Para hacerlo posible contamos con una Unidad dotada de 242 personas con formación y experiencia, equipos, vehículos terrestres y aéreos, servicios de telecomunicaciones y técnicos especialistas. Por cierto, en breve se incorporarán 21 nuevos vehículos (todoterrenos y motobombas) con una inversión de 1,2 millones de euros. Y todo en estrecha colaboración con otros cuerpos como policías locales y fuerzas de seguridad, la UME, bomberos municipales… Y el Consorcio de Emergencias de Gran Canaria (también en el proceso de modernización de sus equipamientos), con la incorporación de nuevos medios humanos: se han sumado 14 nuevos agentes en 2020, y en 2021 se prevé finalizar la oferta de empleo público correspondiente al puesto de cabo-jefe de turno, incorporando 10 efectivos adicionales para esa categoría. Estamos al 95% de cobertura de la plantilla de bomberos. También vamos a invertir en el Consorcio 1,5 millones de euros en dos bombas urbanas pesadas, tres “pickup” de rescate y dos vehículos de mando para emergencias extraordinarias, junto a nuevos EPI.

Pero no están solos. Quiero citar especialmente a los voluntarios y voluntarias de Protección Civil en los distintos municipios: son clave. Dan la cara desde el primer momento, como ha sucedido hace unos días en Mogán, donde su rápida actuación permitió extinguir un conato potencialmente peligroso. Por ello, pido a los ayuntamientos todo el apoyo para estos hombres y mujeres. El plan de Cooperación del Cabildo destina partidas económicas para estos grupos. Hay que hacerlas efectivas. Hay que dotarlos de más medios. Su papel es vital para evitar en el instante que un fuego se extienda y se transforme en un incendio.

También es importante el trabajo de las poblaciones de montaña, su ganadería, sus tierras cultivadas, sus productos… cada saco de papas, cesta de uvas o kilo de cereales que se produce en nuestros campos, es un agente forestal que contribuye a frenar el fuego y posibilitar su control y extinción. Porque la tierra que se cuida es el principal enemigo del fuego.

Nuestra geografía es una sucesión de bosques, tierras de cultivo -en gran parte abandonadas- y zonas urbanas, por lo que hemos de estar preparados para actuar frente a los incendios con nuestros recursos, destinados a la prevención, a la intervención inmediata y a la protección de los montes. La prioridad es salvar vidas humanas y bienes, para lo que contamos con 10 brigadas terrestres, 6 equipos PRESA y 5 patrullas que están operativas desde el 1 de abril al 31 de diciembre, lo que supone una novedad este año ya que se aumenta el periodo de contratación a 9 meses porque los incendios ya no se limitan al verano, sino que se extienden a otros meses en el calendario. Por ello llegamos al tope que establece la Ley para la contratación del personal. El Cecopin (Centro de Coordinación Operativa Insular) también se mantiene con un refuerzo de 2 gestores. Otra novedad es la incorporación de un técnico como Director de Extinción (ahora suman 6 en total); 2 técnicos de refuerzo en tareas de apoyo y 10 operarios de vigilancia.

Con los dos helicópteros contratados para la extinción de incendios, podremos actuar rápidamente y con mayor precisión. Uno de ellos permanecerá durante todo el año en la isla, por primera vez en la historia, con el personal para su mantenimiento y para actuar inmediatamente en los inicios de los incendios. Este equipamiento es fruto de un nuevo contrato que entra en vigor en este año y que garantiza el servicio durante cuatro años, prorrogables otros dos.

Pero volvemos a insistir: no hay otra solución menos dañina para nuestra naturaleza y menos peligrosa para la población y sus bienes que evitar el fuego. Sin embargo somos plenamente conscientes de la importancia de la investigación, el establecimiento de planes, la sensibilización, la prevención, las labores de desbroce y limpieza (más de tres millones de inversión en actuaciones en barrancos y lugares estratégicos, financiadas por la Consejería de Medio Ambiente y el Consejo Insular de Aguas). También el uso de tecnologías y equipos innovadores, como los drones y los nuevos usos de las tecnologías de la información a través del proyecto de Isla Inteligente “Alertagran” (más de 3 millones de euros de inversión). A todo ello, sumamos la confianza en nuestros pastores (estamos trabajando con más de 60), en los agricultores (subvencionando la limpieza de las fincas) y en la apuesta por la recuperación agrícola de las zonas del interior, dentro del proyecto La Cumbre Vive y el Fondo Verde Forestal.

Ya saben que Gran Canaria es conocida como el “continente en miniatura”. Yo me atrevería a decir que es un paraíso en miniatura y nuestro empeño se centra en cuidarlo, en mejorar la sostenibilidad, en incrementar el agua en las zonas cumbreras y en consolidar el proyecto de ecoisla. Necesitamos iniciativas enmarcadas en este proyecto que garanticen la recuperación y conservación de uno de nuestros mayores valores naturales: los bosques, que nos protegen de la erosión, la desertización y que aportan oxígeno como sumideros de carbono. Por eso este Cabildo lleva este proyecto como seña de identidad para recuperar, entre otras cosas, su corona forestal, y para actuar frente a la situación de emergencia climática.

Por esta razón, por todo lo que está en riesgo, quiero hacer también un llamamiento a la ciudadanía: tenemos que colaborar, tenemos que extremar las precauciones, tenemos que seguir las indicaciones que se nos dan en cada momento por los especialistas, tenemos que limpiar los alrededores de las viviendas… En casi todos los fuegos interviene el factor humano y casi siempre se debe a la imprudencia, como ha demostrado nuestra excelente Brigada de Investigación de los Fuegos Forestales.

Quiero agradecer también en este punto la tarea realizada desde hace varios años por nuestro Gabinete de Comunicación, particularmente por Fátima Martín, para convertir la información en un elemento clave en la divulgación, la prevención y la colaboración ciudadana así como para dar a conocer el papel de los hombres y mujeres que combaten el fuego. Y la complicidad e interés de los medios de comunicación, imprescindibles en una propuesta integral de formación, concienciación y prevención.

Me gustaría terminar manifestando que este personal -cuya durísima labor en el monte apenas podemos imaginarla, lejos de la población y en la soledad del sofocante calor del incendio- es merecedor de todo el apoyo y reconocimiento social. Por ello, el Cabildo de Gran Canaria va a instaurar un día al año de homenaje y difusión de la labor del personal de extinción de incendios del Cabildo, voluntarios y cuerpos colaboradores de toda la isla. Gran Canaria va a sumarse a la celebración, cada 4 de mayo, del Día Internacional del Bombero Forestal. Lo haremos dentro de las actividades de la iniciativa “Mayo: mes de la prevención de incendios forestales”, que potenciaremos de acuerdo con este colectivo, para que toda la población pueda conocer y aplaudir la labor de los profesionales y el voluntariado, acompañado de un amplio programa divulgativo para llegar a todos los municipios.

Y quiero también anunciar que el parlamentario de Nueva Canarias, Luis Campos, trabaja en estos momentos en el Parlamento de Canarias con representantes sindicales, en una iniciativa para avanzar en la consecución de una vieja demanda del colectivo: su consideración como Bomberos Forestales por parte del Gobierno central. Muchas son las tareas en marcha, y contamos con medios humanos y materiales para actuar, pero debemos tener el máximo cuidado y la colaboración de todos y todas para superar esta campaña sin víctimas mortales y sin incendios que puedan oscurecer nuestra tierra y nuestros corazones.

Antonio Morales Méndez

Presidente del Cabildo de Gran Canaria

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